jueves, 15 de febrero de 2007

La madre de la soprano es un travesti

Son muchas los títulos del género que versan sobre las mil y una peripecias que vive una compañía de ópera antes de poner una obra sobre un escenario. Hace poco os ofrecía un pasticcio cuya base argumental es precisamente esta: “L´ape musicale”. Gaetano Donizetti no dejó de lado esta opción. Todo lo contrario: escribió una ópera hilarante de título Le convenienze ed inconvenienze teatrali, que va a ser nuestra protagonista en el día de hoy.

En un principio, Donizetti concibió el título como una ópera de acto único sobre un libreto firmado por Domenico Gilardoni. Sin embargo posteriormente el número de actos pasó a dos, dedicándose el segundo acto para los ensayos de la ópera por parte de los “divos” de nuestra suerrealista compañía. Con altas parrafadas recitadas en dialecto napolitano que servían de nexo de unión entre los diferentes números musicales, la obra fue estrenada en el Teatro Nuovo de Nápoles el 21 de noviembre de 1827. El éxito obtenido estimuló al compositor a realizar algunos retoques, entre los que se incluye la adición del segundo acto ya mencionado y la sustitución de los recitativos en napolitano por otros en italiano acompañados por un clavecín. La nueva versión sería estrenada en el Teatro della Cannobiana de Milán cuatro años después de presentar la primera versión.

Entre las características más conseguidas de este título se encuentra, sin lugar a dudas, el papel protagonista de Mamm´Agata, madre de Luigia (una de las integrantes de la compañía) e íntima enemiga de Corilla (la prima donna de la misma), papel destinado a un barítono in travesti. Este personaje protagonizará situaciones tan divertidas como el enfrentamiento con Corilla o el ensayo y posterior enfrentamiento con el compositor y el tenor de la compañía.

Pasemos ahora al argumento de la obra. Dado que estamos ante un título muy susceptible a cambios argumentales en las diferentes versiones existentes, os voy a narrar el que sigue la versión que hoy os presento. Nos encontramos en el escenario de un teatro. Allí están Biscroma Strappaviscere y Prospero Salsapariglia. El señor Biscroma tiene por oficio ser maestro de música mientras que el señor Prospero es libretista y compositor de ópera. El caso es que estos dos personajes han puesto en pie una nueva ópera, titulada “Romulo ed Ersilia”. Por fin llega el coro y siguiendo las indicaciones de los dos “expertos” hacen su correpondiente ensayo.

Pero la paz no durará mucho tiempo, ya que al momento hace su aparición Corilla Scortichini. Esta mujer es literalmente insoportable, con un ego a alturas estratosféricas. El caso es que la han contratado para que acometa el papel principal de la ópera (Ersilia). En fin, la mujer llega y se pone a ensayar su aria ante don Prospero, don Biscroma y el coro... pero la mujer adorna tanto la cabaletta que ni el propio compositor la reconoce. El hombre se lo hace ver sutilmente... pero la mujer le dice de forma fina que ella canta como le apetece.

Ahora llega Luigia, la seconda donna, indignada porque su papel es demasiado pequeño. El caso es que las complicaciones para los pobres Prospero y Biscroma no quedan ahí, sino que van en aumento. Ahora llega el tenor de la ópera, llamado Guglielmo Antolstoinolonoff, alemán como queda patente ante el apellido. Guglielmo acude a la sala a ensayar su aria (su papel es el de Romulo), pero lo hace de un modo tan patéticamente malo que deja a maestro y compositor al borde del colapso.

Los problemas siguen en aumento, ya que en este momento llega doña Agata Scannagalli, madre de Luigia, la “seconda donna”. El compositor y el maestro al verla comienzan a temerse lo peor, ya que saben que la mujer no es precisamente muy tratable que se diga... El caso es que así ocurre: la señora, ya entrada en años, entra hecha una furia al teatro calificándolos a todos de malandrines y exigiendo que a su niña le compongan un rondó y un dúo con la prima donna.

¿Pero acaso los problemas se iban a acabar aquí? ¡Falso! Ahora llega don Procolo Cornacchia, excelso marido de Corilla, tan insoportable como su cónyuge. El hombre llega hecho una furia, porque considera que su mujer es demasiado buena como para que figure en el título de la ópera en segundo lugar. ¡Qué es eso de que la ópera se llame “Romulo ed Ersilia”! ¡La ópera se debe llamar “Ersilia e Romulo”!. Para calmar al hombre le dan un papel en la ópera. El compositor y el maestro cada vez están más agobiados, por lo que deciden marcharse a descansar un rato.

El caso es que la pesada de Agata sigue por allí insistiendo con el tema del rondó y el dúo para su hija y en éstas se cruza con Corilla. Agata le comenta que va a tener un dúo con su hija, y Corilla se indigna a no poder más: “¿Qué yo cante un dúo? ¿Con quién? ¿Con tu hija? No me extraña que lo pretendas pero la tonta soy yo que te hago caso. No pienso cantar con tu hija ni loca”. Esa es la respuesta de la soprano. Eso enfada súbitamente a doña Agata y así empieza una discusión divertidísima en la que ambas se dirigen lindeces como "mamucha del diablo", "urraca" o "pájara”.

Ambas se marchan del lugar hechas unas furias y acuden de nuevo el compositor y el maestro, ya que esperan a otro cantante que aún no ha llegado. Al momento acude el nuevo cantante, Neocle Frescopane, que resulta ser un castrado, algo que les disgusta sobremanera. Ello termina por desesperar a los pobres Biscroma y Prospero. ¡Les falta un cantante! Pero Agata, que no pierde oído de nada, tiene la solución: “Pues si aquí canta el alemán no sé porque no voy a cantar yo” se dice. Prospero y Biscroma, ante la situación, deciden hacer una prueba. Le dan a Agata el papel de “Sirena” y comienza a ensayar su dúo con Guglielmo. El caso es que Agata desafina muchísimo y ello llena de indignación a Guglielmo. Para redondear la escena, el tenor le dice a Agata que es una “bestiona”. Ello enfada muchísimo a Agata y le entra un ataque de nervios. El teutón no para de gritar, todo ello para disgusto del compositor, que se pone a llorar allí mismo de desesperación.

Acuden de nuevo todos los personajes a realizar un ensayo general, pero justo en este momento llega el cartero con una misiva para Luigia. Ella y su madre comienzan a leerla: es un contrato para que Luigia cante pero le exigen una cosa: que Agata no asome el pico por allí porque no tienen ganas de problemas. Agata se enfurece por ello y Corilla y su marido se entrometen. Comienza así otra discusión, pero el empresario del teatro, ante la situación, llama a la policía. Acuden varios guardias y se los llevan a todos presos, culminando así el primer acto.

Cuando comienza el segundo acto, los problemas con la policía ya se han solucionado y los componentes de la obra son por fin liberados. Nos encontramos ahora de nuevo en el teatro dispuestos a realizar el ensayo general. A la primera que vemos es a Agata y al maestro de música. Agata, a pesar de su edad, es bastante presumida, y no sabe que ropa ponerse para la representación. Ello desespera en sobremanera al pobre Biscroma.

A continuación tiene lugar la entrada de Guglielmo, que vuelve a cantar el aria que tan desastrosamente cantó en el primer acto. Pero ahora, para sorpresa de todos, le sale perfectamente, culminándola con un rutilante agudo. Ahora tiene lugar el ensayo del aria de Agata (un aria deliberada y directamente plagiada del Otello rossiniano) y su dúo con Guglielmo, que por suerte, también sale bien. A continuación es turno del ensayo del ballet, que también resulta correcto. Posteriormente tiene lugar la entrada del castrato (al cual al final aceptan en la producción), que canta su aria con satisfacción, al igual que Corilla, que canta su aria exactamente igual que al comienzo del segundo acto, si bien en esta ocasión manifiesta sus deseos de debutar algún día en La Scala o en La Fenice. Para finalizar tiene lugar el ensayo del aria del Procolo, aria que el hombre saca como puede.

En fin, en definitiva el ensayo general resulta ser bastante satisfactorio pero la mala suerte hace acto de presencia en el lugar: llega una carta en la que se informa que los patrocinadores han decidido quitar las subvenciones a la ópera. ¿Y ahora con qué van a pagar todo lo que deben? Agata sugiere una idea perfecta: poner pies en polvorosa y huir de allí cuanto antes La idea es aplaudida por todos, y de esta forma salen por patas del lugar, poniéndose así punto y final a la obra.

La grabación que os presento recoge a la perfección la atmósfera buffa que preside la obra. Se trata de la grabación de unas funciones llevadas a cabo en el Teatro dell´Opera Giocosa de Savona en 1981 que la casa discográfica Sarx lanzó al mercado con una calidad auditiva muy buena:
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El reparto tiene varios nombres de primera categoría, comenzando por Simone Alaimo, que canta una Agata extraordinaria y digno de ser ovacionado en su dúo con Corilla. Y es que estamos ante un rol en el que tradicionalmente la balanza se inclina del lado de la prestación dramática en defecto de la prestación vocal del barítono protagonista: los momentos de lucimiento vocal brillan por su ausencia mientras que los de lucimiento dramático se encuentran dispersos por toda la obra. Alaimo consigue equilibrar la balanza en una extraordinaria interpretación. La repelente Corilla corre a cargo de Daniela Dessì, algo fría desde el punto de vista dramático (algo que corrige muy mucho en el enfrentamiento) y bastante bien desde el punto de vista vocal. El tenor alemán corre a cargo de William Matteuzzi, muy divertido durante toda la grabación. Tremendamente gracioso en la garrafal interpretación de la primera aria y extraordinario en la lucidísima repetición de la pieza en el segundo acto. Buen Procolo el de Franco Sioli, dando buena cuenta de su aria. En cambio, el contratenor Guglielmo Gazzani deja bastante que desear como Neocle en su pieza solista por partida doble. Lauretta Perasso, Armando Ariostini y Giuseppe Lamazza hacen una buena labor con Luigia, Prospero y Biscroma (sobre todo este último, metidísimo en faena). Antonello Allemandi dirige competentemente la Orchestra Sinfonica Estense y el Coro del Teatro dell´Opera Giocosa. Como curiosidad, al piano encontramos al que años después sería un director de renombre: Carlo Rizzi.

Aqui os dejo los enlaces de este divertido título. A disfrutarlo, Gazzetistas:

CD1
CD2

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