lunes, 28 de enero de 2008

Yo que soy contrabandijjjjta

En este blog se ha hablado muchísimo de Rossini, de sus óperas y de los cantantes que se encargaron de estrenarlas. En la anterior entrada se hablaba del celebérrimo Barbiere di Siviglia y salía el nombre de Manuel García, el primer Almaviva de la historia. Pues se da la circunstancia de que García, además de haber desarrollado una fructífera carrera como cantante, también desarrolló una destacada trayectoria como compositor. Y para muestra, el botón que traigo hoy al blog: su obra El poeta calculista.

La edición española de Wikipedia es poseedora de una buena biografía de nuestro protagonista de hoy, así que me serviré de la misma para ilustrar biográficamente al compositor. Manuel García vino al mundo en Sevilla, el 22 de enero de 1765. Fue bautizado en la parroquia de Santa María Magdalena y en su partida de bautismo puede leerse que es hijo legitimo de Gerónimo Rodríguez y su esposa María Aguilar. Se discute el origen del apellido García, parece ser que proviene de su abuelo paterno Diego Rodríguez-García, hay que tener en cuenta que en el siglo XVIII aun no estaba estandarizada la norma de adoptar el primer apellido del padre y el segundo de la madre. El segundo nombre del Pópulo procede del convento agustino Santa María del Pópulo situado cerca de su lugar de nacimiento.

A los seis años ingresó en el coro de la Catedral de Sevilla, donde tuvo su primera formación. Se sabe que al menos hasta los 14 años vivió en el hogar familiar junto a sus padres, abuela materna y hermanas Rita y Maria. La Sevilla de su infancia carecía de vida operística debido a una prohibición municipal y eclesiástica que pretendía librar a la ciudad de los pecados que el teatro y la ópera podían traer a los ciudadanos. Así que, a los dieciséis años se traslada a Cádiz. En 1792 debutó en el Teatro de Cádiz con la obra La Tonadilla. En esta ciudad se casa en 1797 con la también cantante Manuela Morales.

En 1798 se trasladó a Madrid junto a su esposa integrándose en la compañía de Antonio Ramos, cantando en el Teatro de los Caños del Peral (actual Teatro Real de Madrid) algunas de las primeras tonadillas de composición propia: El Majo y la Maja y La Declaración. Poco después tras un incidente con la guardia militar del Teatro del Príncipe que le costo una breve estancia en prisión abandona Madrid para dirigirse a Málaga.

Durante su estancia en Málaga (1800-1801) tiene éxito, pero añora Madrid y en 1802 vuelve a la capital de España. Entre sus composiciones más famosas de este periodo están "Quien porfía mucho alcanza", "El criado fingido" y sobre todo nuestro protagonista de hoy, "El ooeta calculista".

En 1807 comenzó una serie de viajes por diferentes países que duraron hasta su fallecimiento, primero París donde tuvo éxito como tenor y compositor.

Entre 1811 y 1816 se instala en Italia donde completó sus estudios musicales y estrenó su ópera "Il califfo di Bagdad" por la que obtuvo gran éxito. Gioachino Rossini lo eligió como tenor principal para el estreno de su Barbiere, como ya os comentaba, además del "Otello" en el rol titular. Las partituras de las dos óperas indican que García tuvo una tesitura de dos octavas, buenas coloraturas y un buen control de respiración en frases largas.

Continuó con su periplo internacional componiendo y representando sus propias óperas, para trasladarse finalmente a Nueva York donde representó varias óperas de composición propia como L'amante artista, asimismo estrenó óperas de Mozart y Rossini inéditas en América.

En 1827 viajó a Méjico donde contribuyó a la difusión del género operístico traduciendo al español obras francesas e italianas para mejorar su aceptación por el público mexicano. En este país aparte de su éxito le ocurrió un desagradable incidente, cuando se dirigía a Veracruz, llegando a un lugar llamado Tepeyagualco, el convoy en el que iba, fue asaltado por unos bandoleros, sus carruajes saqueados, siendo víctima del robo de mil onzas de oro, fruto de todo su trabajo.

En 1830 volvió a Francia dedicándose a la docencia hasta su muerte acaecida en París el 9 de junio de 1832.

Sus hijas María Malibrán (1808-36) y Pauline Viardot-García (1821-1910, apuntad el nombre de esta última, que próximamente aparecerá en el blog) tuvieron grandes éxitos como cantantes de las óperas del bel canto. El hijo Manuel Patricio Rodríguez García (1805-1906) no pudo repetir el éxito de su padre, pero se convirtió en el maestro de canto más influyente del siglo XIX y XX, continuando la escuela de su padre.

Como os comentaba anteriormente, la obra que os traigo se titula "El poeta calculista", estrenada con grandísimo éxito en 1804. Se trata de un "monólogo" de una hora de duración en el que el protagonista y único personaje, el poeta, expone al público cual va a ser la estructura de su nueva ópera mientras fantasea sobre el éxito que ésta va a tener. Y durante estos sesenta minutos podemos ir escuchando música de muy diversa índole, desde la inevitable sinfonía pasando por pequeñas canciones, arias de envergadura, polacas e incluso un dúo del poeta consigo mismo en el que se encarga de interpretar tanto la voz masculina como la femenina. Y entre todas estas piezas una que se haría famosísima, últimamente muy de moda por el último disco de Cecilia Bartoli: "Yo que soy contrabandista". Tan famosa fue la pieza que llegó a olvidarse cual fue su origen, cantándose en innumerables ocasiones. No era raro que en las representaciones de "Il barbiere di Siviglia" la Rosina de turno sustituyera la lección "Contro un cor" por "Yo que soy contrabandista" (más aún si la Rosina era cantada por alguna de las vástagas del patriarca García).

Pues bueno, vámonos con la grabación de esta obrita. La versión que os ofrezco tiene como protagonista a Mark Tucker, tenor especializado en barroco que aqui hace una buela labor, aunque se muestra lánguido en varias ocasiones (una de ellas en "Yo que soy contrabandista", ni punto de comparación con la intensísima lectura que hace Cecilia Bartoli en su disco "Maria"). Entre sus mayores logros, la gran escena "Y entre las arboledas", el dúo "Ha llegado en tanta dicha" y la polaca "Si en tal dichoso instante". La parte hablada es tarea de un genial Pepe Cantero, que recita las reflexiones del poeta de una manera extraordinaria. Andrea Marcon realiza una loable lectura comandando a la Orquesta Ciudad de Granada.

Pues aqui teneis el enlace:

CD único

Si os animais a escucharla os aseguro que la vais a disfrutar mucho. Palabra.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola como esta amigos? yo se la tema es differente pero quise compartir con usted!excursiones en estambul