lunes, 22 de enero de 2007

Un navarro a la italiana

Hay un grupo de música pop llamado “Dover” que siempre canta en inglés, y por estilo lo cierto es que aparentan ser de la Pérfida Albión (utilizo el término de forma cariñosa para referirme a Gran Bretaña por lo que ruego que si algún inglés me lee, no se enfade conmigo). Sin embargo, nada más lejos de la realidad: el grupo es español y de Madrid. En ópera encontramos casos similares al de “Dover”. Uno de ellos va a ser en esta ocasión nuestro leitmotiv. Su protagonista: Emilio Arrieta.

Emilio Arrieta nació un 21 de octubre de 1823 en Puente La Reina, una población navarra de dos mil quinientos habitantes. No tardó en abandonar su tierra natal para marchar a la capital del reino a estudiar música en el Conservatorio de Madrid, estudios que continuó en Italia cuando contaba dieciseis años. Allí recibiría clases hasta 1846 del compositor Nicola Vaccai. Estas clases significan el punto y final a su etapa de aprendizaje y el inicio de su carrera como compositor. Aún en Italia compone “Ildegonda”, con libreto de Temistocle Solera (el autor del libreto de los verdianos “Oberto” y “Nabucco”). Ya de regreso a España, compone obras como “La conquista di Granata”, recibiendo en todo momento el apoyo de la reina Isabel II. En 1857 es nombrado profesor de composición de la Escuela Nacional de Música de Madrid (entre su alumnado se encuentran figuras como Ruperto Chapí o Tomás Bretón), pasando a ser su director en 1868, cargo que ocuparía hasta el fin de sus días. Arrieta dedica también mucho tiempo a la zarzuela y compone obras como “El dominó azul”, “San Francisco de Siena” o la celebérrima “Marina”. En 1871 recibe la Gran Cruz de Isabel la Católica y en 1873 es nombrado académico de la prestigiosa Academia de Bellas Artes de San Fernando en la recién creada sección de música. Finalmente muere en Madrid el 11 de febrero de 1894.

El estilo de las óperas de Arrieta es netamente belcantista. Así, encontramos clarísimas influencias rossinianas (en tanto al tratamiento de la cavatina y sobre todo de la cabaletta), donizettianas (en tanto al tratamiento de la orquesta), bellinianas (en tanto al sentido melódico de sus obras) y del joven Verdi (en tanto al dramatismo de sus composiciones). De igual manera, Arrieta considera texto y música una unidad indivisible según la cual ambas conviven en una perfecta simbiosis.

La ópera que os presento en esta ocasión es aquella que tuvo a Solera como libretista: Ildegonda, de mayoritaria influencia donizettiana y que cosechó un gran éxito en su estreno (tan grande que obtuvo el premio de composición de La Scala de Milán). Vamos con un resumen argumental de la trama: Ildegonda está a punto de desposarse con un hombre al que no ama. Ello condena al amado de Ildegonda, el joven Rizzardo Mazzafiore, a manos de Rolando y Roggiero Gualderano, padre y hermano respectivamente de la protagonista y defensores del honor familiar. Ildegonda y Rizzardo tienen un encuentro y se despiden, con tan mala suerte que son sorprendidos por Roggiero y varios soldados. Rizzardo hiere mortalmente al hermano de Ildegonda pero es apresado por Rolando. Sin embargo, el joven es puesto en libertad y vuelve a encontrarse con su amada. Ambos toman la determinación de dejarlo todo y huir pero son de nuevo sorprendidos, esta vez por un grupo de soldados. Rizzardo es encarcelado de nuevo: ha sido condenado a muerte y el patíbulo ya está a punto. Sin embargo la ejecución queda suspendida, ya que Rolando, conmovido por la carta de una moribunda Ildegonda, le ha devuelto la libertad. Mientras tanto, la muchacha yace en su lecho de muerte, angustiada por no haber recibido el perdón paternal. En este momento, padre y amado llegan a la habitación. Rolando perdona a su hija y la casa in artículo mortis con Rizzardo. Finalmente, Ildegonda muere reconfortada.

El registro que os ofrezco procede del Teatro Real de Madrid. En junio de 2004, el coso madrileño inició un ciclo denominado “Los clásicos del Real”, destinado a exhumar óperas de autores españoles que triunfaron sobre ese mismo escenario, y fue precisamente “Ildegonda” el título que lo inauguró. La grabación data del día 19 de junio y su sonido, procedente de la retransmisión que Radio Clásica hizo en su día, es muy bueno.
.
.



Entre el reparto encontramos a figuras de primer nivel. La soprano Ana María Sánchez se encargó de defender el rol titular de la obra. El resultado es toda una creación del rol e intachable desde el punto de vista dramático, dando una clase de cómo matizar un papel, si bien en ocasiones su agudo no es certero. Similares palabras habría que aplicar al Rizzardo de Josep Bros. Rizzardo parece un rol creado para su bellísima voz y sabe plasmar a la perfección el carácter envalentonado y galán del joven. Rotundidad es el adjetivo que describe al Rolando de Carlos Álvarez: el oyente no escuchará ninguna vacilación en su registro grave y agudo y disfrutará de un potente centro. Los intérpretes que encarnan a los papeles secundarios son todo un lujo: Stefano Palatchi (Roggiero Gualderano), Ángel Rodríguez (Ermenegildo Falsabiglia) y Mariola Cantarero (literalmente prodigiosa como Ildebene). Jesús López Cobos demuestra haber estudiado a fondo hasta el último compás de la partitura: su trabajo con las formaciones orquestales y corales del Teatro Real así lo demuestran. Rara vez en una misma función todos sus elementos se combinan para dar un resultado tan bueno como este.

Aquí os dejo los enlaces a esta fabulosa grabación. A disfrutar, Gazzetistas:

CD1
CD2

2 comentarios:

Antonio Domínguez Luque dijo...

En el segundo fichero podeis encontrar unas carátulas hechas por un servidor. No obstante, el Real grabó esta misma función y la lanzó al mercado en edición oficial hace unos meses.

Unknown dijo...

Hola como esta amigos? yo se la tema es differente pero quise compartir con usted!excursiones en estambul